Los colores de los gatos

Mariana Zinni
 

 

 

Como el polenTené cuidado con los gatos porque son animales muy raros. El color del pelo dice mucho de un gato.

Si es rayado, es gato de bruja y alguna vez se usó para curar el insomnio. Las rayas marcan el día y la noche; la luz y la oscuridad; el sueño y la vigilia. Un gato rayado te ordena el tiempo. ¡Si hasta funciona mejor que un reloj de sol! (Los relojes de sol distinguen las horas solo durante el día, de noche, todas las horas son iguales).

Si es naranja, es un gato oxidado. Por lo general, son gatos de hojalata, sigilosos robots que únicamente sirven para cazar ratones cibernéticos. A veces se mojan con la lluvia de las pantallas y entonces se ponen así, naranjas y medio duros. Se mueven con dificultad, hacen un ruido horrible y hay que ponerles aceite en los tornillos para que puedan caminar mejor. Sus maullidos suenan como bisagras de puertas viejas.

Si es gris, lo más probable es que ande por las sombras y sepa disimularse muy bien en los rincones. A veces, si no te das cuenta, te podés parar en un gato gris confundido con una baldosa. Son maestros del disimulo, pero maúllan bien fuerte cuando los pisás.

Si es bien blanco, bien blanco, es porque se cayó en un plato de leche cuando era chiquito, y así quedó. Son los gatos más aburridos e inútiles. No saben hacer nada porque tienen miedo de ensuciarse. Son gatos de sillón.

Y si es todo negro, todo negro, ¡atención! Puede ser un gato paúl. No lo mires a los ojos, que son bien amarillos, porque son un puente a otros mundos. Conocí a una chica que de tanto mirarlos se cayó en los ojos del gato paúl. No la vimos más. Pero sabemos que ahora vive del otro lado de los ojos del gato, y ve todo color amarillo.

 

 

 

Mariana Zinni es argentina. Hace 6 años que vive en la zona de Nueva York, en el valle del río Hudson, donde trabaja como fotógrafa aficionada. Es profesora de literatura colonial latinoamericana en Queens College, CUNY. Actualmente se encuentra finalizando un libro sobre fray Bernardino de Sahagún y la evangelización en México, y escribiendo una serie de relatos infantiles.