Cristina Pérez Díaz
1.
Las manos en copete listas
recuerdan las fuentes de cuando
se tomaba con las manos el agua
sabía distinta era un espejo
ella le dará un dulce
quería decirle que es así callar los pasos
algodones de azúcar en los altares
que tendría una cama tendida
al descanso de su risa
por qué negar optimismo ante el desamparo
sabemos que crece
es todo
pregunta mientras invierte la pregunta:
en las islas, lo que menos, hay palmas
lo que sabemos se ahoga, ella mueve sus manos
y comienza otra vez
la constelación en el techo Mi amor,
voy a repetir esta palabra
cada vez que parpadee una duda en el foco,
las sombras son al menos, tu posesión más valiosa:
a veces conejo, otras pájaro, arce y ya van diez veces
que te lo digo, el foco está débil,
mejor así te imagina
la forma es todo o no importa —ella dice
quiere darle de las figuras la luz
él dirá que está llena de buenas intenciones
2.
Otras ciudades
con enfermeros domésticos
en libros de viajero
tienen ritmo
de reptiles
sin que ello afecte para nada
el balance de la felicidad
¿podría ser feliz más lentamente? —preguntó
al mesero
inmerso en su mundo musical
puede que este año caigan dos pares
de ojos a la leña
olor a pino a borbotones
en un descampado
quisiera lavar tu ropa en el río tenderla
al sol en un campo donde la luz para todos
por la noche canta
su luz a la sombra
de una linterna de aceite
fingiremos tal atmósfera
en el cuarto de la calle Green
9’ x 14’ x 8’
3.
Todo este olor a suavizante es nuevo para mí
miro hacia afuera y veo
unas hojas
los colores
de las hojas
lo que produce
el color de las hojas
las ramas las ramitas las ramotas
la figura de las hojas las hojitas
de las ramas
del conjunto
la luz no
los componentes de la luz
no el origen de la luz
el lugar que ocupan las hojas
y las ramas
el sonido que produce el viento
que el sonido de las hojas
de unos niños
el material del que están hechos
los niños los que hicieron a los niños
de donde provienen
con sus bicicletas
el material
de la bicicleta un coche
tendría que sacarle una foto
con el crujir del conjunto sería preciosa
4.
Desenvuelta de las cintas
de color azul porque eres niño niño
o un día con más luz en el otoño
una vez abierto y roto el papel
con estampas de globos de caballos de líneas
era una momia
no se parecía a las momias
puede que sea un día para un muerto
en tu cumpleaños en nuestra boda en un día impreciso
la caja
la puse en tus manos
no creerás en los nombres
con los que viajaron en barco a un puerto
donde murió un día alguien
un hermano alguien un dios niño
hizo estrellas con sus lágrimas
pusiste las palmas en postura de ofrenda
mudas a las que llego
sin dinero yo sin lanzas yo sin incienso
Como si tuvieras trece años tenías
trece años
niño de Bar Mitzvah con sombrero
parado en el tope de los árboles
busca la emoción
de recibir un reino en una caja
no importa el contenido el contenedor es más
que la fe imprecisa con sus colores vibrantes
con su papel te quiero
a través de los dibujos de las fibras
absorbió una vez la lluvia en los árboles
como si sobre esos árboles yo hubiese reído
la Navidad en tu ausencia
judío sin regalos
aquí está el bosque
aunque en la caja puse una camisa
con palmeras tropicales
Te llevaré al Caribe
a la playa de noche
el sol daña las células
las células transportan variaciones
prometo solemne en un valle
quererte cuando se abra un valle en el cuarto oscuro
con crestas de bosque salpicadas de naranja
de rosa de amarillo existen
en atardeceres de postales
volteamos la cámara
las caras el negativo del recuerdo de eso
de lo que vimos
sí lo vimos
mira
hay un pino en tu ojo
Me había empapado del lodo que salpicaban tus pies
lamiste mi mejilla entierrada
hicimos pasteles de fango para la cena
se ensució cada cajita
Hay papeles que envuelven con mejor fragilidad
lo que no se pone en el paquete
gracias —dijiste
excusa para darme un beso
que maquillé con blush de primavera
Cristina Pérez Díaz es puertorriqueña. Obtuvo una Maestría en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente cursa el doctorado en Letras Clásicas en el Graduate Center, CUNY. Desde el 2013 forma parte del taller permanente de dramaturgia de Caborca Theatre en Brooklyn.