Poemas

Miriam Ventura

 

 

 

Mi vestidito de Blonda

 

La tarde esa la tarde cosa como un decir Qué tarde Esa la tarde
Un decir de la tarde Un si en Ossining otra manera de decir sí
En la sing de mí Si en Ossining A todo ello dije sí y con sing en Ossining
con la alborada del valle derramado en grueso chorro
[mermelada y pan canela]
consumen para mí el tedio Medaglia d’oro coffe
[al rescate]
¡Al fin llegamos! La tarde está
Y era tarde por la tarde con mi vestidito de blonda
Entonces te vi ¡Y no hubo más na! ¡Más na!

 

 

Que los dioses me conozcan

 

Si los dioses me inventaron dormida
que el desvelo me posea
me doy por el ir y venir que sin desvanes
cuelguen sobre mi pecho banderas desquites
No estoy hecha de quehaceres ni de culpas
regresarle al cuerpo su memoria
su caja crabtrée de versos
donde todas las mujeres que habitan mis historias son reales
riñen con dios y con el otro
Devolverle al cuerpo su memoria
para no ahogarme entre algodones “per se” de media noche
Que el desvelo me posea
que los dioses me conozcan

 
 

Describo aquí mi mapa

 

Atravieso el inmenso parque
me detengo en un punto egocéntrico
de la cascada
cumplo con cinco puntos cardinales
húmeda corporal sensitiva
la ropa pegada advierte de mí lo laberíntico
Se codearon mis ojos de una neblina sorda
cristales con patitas armadas
—crepúsculo interpuesto—
dieron el toque.
Un equinoccio tradujo imágenes escarchas
En el camino a lo largo y ancho de East Tremont
espacios temporales absorbieron lips

 

 

He besado una hembra

 

La cascada… lo sabe
Sus retintos colores en celos
atraviesan lamedida del agua
Inflamado el blumen del río
Va del saltochino a mordida en canvas
arenillas pimientas son el premio
Las cascadas son amas y señoras del amor
corpus donde no hay “ad” y sub
por donde bajan y suben los sudores del bien.
Bendita y vencida…
una lluvia clava sudemencia en otra

 

 

 
 

Sin domicilio y alterada

 

No en vano mi especialidad son las yeguas
como a ellas, encías amarillentas
anuncian de mí el dolor
en el goce, tengo curvos suaves
Y he aquí, la embocadura desde donde me nació
con trece totales y un 4 de cuencas
a tono de tumba cueros,
un poema sin domicilio
Quién dijo que las manos adictas no dan delete
En tuétano último sin dentadura
a falta de lengua para el enlace:
un poema en estado de sitio
Punto de supervivencia para la poeta
Brida es tómbola
bridas son las taquicardias múltiples
si la poeta pierde
Si la poeta gana
el billete aparece
entre Honolulu y Sacramento
menos en el alma tuya, Marrón
A la izquierda la mampara triplica mi espejo
A la distancia, en tus encías amarillentas
las máscaras anunciaron nuestra osteoporosis.
Anabolizante como tú y el poema
sin domicilio, en dos orillas y alterada…

 

 

Radical en 3.5

 

Solo de mirar los especímenes
Ya no leo convenientemente los tránsfugas del decir
Tengo aquí la masa, mide en olor y sudores
lo que pesa. Masa con menudo
fresco, radical en 3.5 centímetros
y burlo, a los que tanto saben de mi cuerpo
los arrastro con igual desenfreno
a un superior estado medial cuadrante
a un superior lateral cuadrante
con inferiores medios y laterales auxiliares
de fondo y cache de gasas
Tengo aquí la masa ya no leo
ya no busco alivio en lamparitas “jumeadoras”
convertida en neoplasma
la muestro al mundo, mi palabra
No dejaré que los insaciables la erradiquen
Sirve para algo que te lea la vela, las manos,
Una taza del café con borra
espolvorea el sumario y todo se reduce a masa…
la tengo toco y tiento.
Se la apuesto a cualquiera
en simetría de dolor y cuerpo
Vaya que sí sé de sedación de olvidos
No me llamen no me escriban…
solo puedo decir que entre nones
se va adecuando mi agua vivía
Desde las tablas elípticas
emerger hasta mi cuerpecito
en hemostasis de colores, un desdoro
con mi nombre pinchado
con mi nombre en letras silver
a mi torturador la pleitesía del letterhead
Atención:
La masa de la otra mujer que soy
apenas comienza a hablar.

 

 

 

Miriam Ventura. Escritora y periodista dominicana residenciada en Nueva York. Premio Rafael Herrera de Periodismo (1993-94).Su obra poética incluye: Poemas de la noche (1985), Trópico acerca del otoño (1987), Claves para fantasmas (1997), Poemas de la reina del Bronx River (2010) y Estados alterados​ (2014). Entre sus libros de ensayos se encuentran: La casa nostra (2003) y Memorias de la transnacionalidad (2004).