Grados de irrealidad y otros poemas

Circe Maia
 
 
 

Grados de irrealidad

 

La esfera más cercana:

hay un fuego encendido

y rostros familiares.

Hay charlas previsibles y silencios

como pequeños lagos.

(El verdadero mar está lejos.

El silencio total planea, lejos

como vaga amenaza).

Por ahora charlamos y callamos

y la pequeña actividad del día

se abre en abanico.

¿Pero quién une gestos y palabras

y días con sus noches

para que sean en verdad reales

no como chispas sueltas?

¿Quién vive plenamente

y está en verdad despierto?

(Temor de estar en rueda de fantasmas

y fantasma uno mismo).

 

 

I

 

Una niña sentada y su reflejo

en el vidrio a su lado.

El follaje

detrás en la pared: luces y sombras.

Falsa quietud la imagen

falsa calma.

El rostro tenso, la mirada aguda

avanzan, penetrantes.

La mirada recibe-rechaza al mismo tiempo

la luz del sol, como si el pensamiento

opusiera otra luz, de oscura fuente.

Sale con limpia fuerza.

Es un sonido

que está, sin ser oído.

Movimiento

no visible, existente

por detrás de la imagen.

 
 

Voces en el comedor

 

La puerta quedó abierta

y desde el comedor llegan las voces.

Suben por la escalera

y la casa respira.

Respira la madera de sus pisos

las baldosas, el vidrio en las ventanas.

Y como por descuido se abren otras puertas

como a golpes de viento

y nada impide entonces que se escuchen las voces

desde todos los cuartos.

No importa lo que dicen.

Conversan: se oye una,

después se oye otra.

Son voces juveniles,

claras.

Suben

peldaños de madera

y mientras ellas suenan

—mientras suenen—

sigue viva la casa.

 
 

Doble imagen

 

Muchas veces el pensamiento

envidia a la mirada.

A la mirada sin pensamiento

a la pura mirada.

Ahí están esos árboles

doblados, invertidos

en el reflejo de la laguna

y no, como otras veces

con mucha claridad, no, porque el agua

está ligeramente rizada, muy ligeramente.

Entonces

la imagen está un poco

desdibujada

—la imagen inferior, temblando, apenas

un poco menos nítida—

Y es como si expresara alguna cosa

cuyo tema es la otra, sin duda.

Pero ¿qué cosa?

¿Propone doble mundo?

Pensamiento confuso.

Mirada clara.

 

 

Invitación

 

Me gustaría

que me oyeras la voz y yo pudiera

oír la tuya.

Sí, sí, hablo contigo

mirada silenciosa

que recorre estas líneas.

Y repruebas, tal vez, este imposible

deseo de salirse del papel y la tinta.

¿Qué nos diríamos?

No sé, pero siempre mejor

que el conversar a solas

dando vuelta a las frases, a sonidos,

(el poner y el sacar paréntesis y al rato

colocarlos de nuevo).

Si tu voz irrumpiera

y quebrara esa misma

línea…. ¡Adelante!

Ya te esperaba. Pasa.

Vamos al fondo. Hay algunos frutales.

Ya verás. Entra.

 
 
 

Circe Maia. Autora uruguaya de larga trayectoria. Entre su extensa obra se encuentran los poemarios Dualidades (2014), El Puente Invisible/The Invisible Bridge/Selected Poems of Circe Maia (2015), Múltiples paseos a un lugar desconocido (2018) y Voces del agua (2020). Forma parte, entre otras, de la antología Flores raras: [escondido país] poesía de mujeres uruguayas (2023), compilada por Silvia Guerra y Jesse Lee Kercheval. Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Poesía. Reside en Tacuarembó.