Siete poemas

Ernesto Pérez Zúñiga

 

 

 

1.

 

Has entrado en la puerta giratoria

Te veo desde fuera y desde dentro

Entras en mí o salgo hacia ti

Ya no hay ninguna diferencia

 

Entreabro mis membranas y me encuentro

un cabello tuyo

              por ejemplo

Me abismo en el picor de mi garganta

y te observo navegando en mis pulmones

 

Como una muñeca rusa

soy yo el bosque que te contengo

eres tú el bosque que recorro

dentro del muñeco del mundo

que flota en el espacio

parpadeantes ojos de cristal

atónita presencia

 

Viniste como un panel solar

para activar el movimiento de mis piernas

Vendrás en naves con petróleo de estrellas

para que el mundo se ponga en pie dentro del aire

para que el mundo se siente en el sillón vacío

para que el mundo pueda tumbarse en un colchón de anémonas

muy tranquilo

dentro del mar

 

Has entrado en la puerta giratoria

Entro en ti o salgo hacia mí

Fuego en el Agua Aire en la Tierra

Cuatro elementos dentro de un círculo

El amor ha inventado la rueda

 

 

2.

 

Recurro a las tierras del norte

si no te siento

recurro al ojo del dragón

atravieso su iris cristalino

como un puño estalla en la oscuridad

como un beso solo se puede añorar a mordiscos

si no te siento

recurro a las tierras del norte

 

Recurro al mar del oeste

si no te siento

recurro a la espiral de los nervales

la desmenuzo en mi saliva

desciende por mi columna vertebral

peces abisales con tu nombre

en la penumbra

de mis huesos

arde

tu llamada

si no te siento

recurro al mar del oeste

 

Recurro a la roca del sur

si no te siento

recurro a los colmillos de los elefantes

los clavo en el centro de mi pecho

para escuchar el brote de luz

la sangre hace árboles de selva

las raíces se deslizan por tus dedos

si no te siento

recurro a la roca del sur

 

Recurro a la bruma del este

si no te siento

recurro a los escudos que ocultan el sol

los golpeo en el ring de mi mirada

donde el mundo no concreta tu figura

pero ocupas la plenitud de los vapores

y tú vuelas en el humo del agua

si no te siento

me bebo la bruma del este

 

 

3.

 

Sé que pretendo sustraerte a la materia

esenciarte en voluta

sentarte en el aire

abrazarte en hidrógeno

inflamar el carbono

bañarme en tu oxígeno

 

Sé que pretendo rescatar el sonido

que hacen tus pies al deslizarse por la acera

en esta o en otra ciudad

en cualquier zapato o chancla que pisa calendarios

hojas secas o colillas

Sé que pretendo edificar mi torre con la arena

que resbala de tus pasos cuando cruzas las dunas

Sé que pretendo salpicar mi cara con las gotas

que desprende tu cuerpo cuando sales del mar

 

Sé que pretendo rescatar el eco

que deja tu risa en el oído de los otros

—los otros que soy yo—

Sé que pretendo reunir la luz multiplicada

que dejan tus ojos sobre objetos plantas animales

y el resto de seres en movimiento

 

Y sé que pretendo silbar

la canción que tu aliento

va ritmando

en la partitura del mundo

 

Así que voy atento

al silencio

 

Así que voy creando

silencio

 

Así que voy silbando

el silencio

 

 

4.

 

No le des otro nombre

El fuego alumbra la carne desde dentro

No le des otro nombre

                      es la llama

Cobijo hogueras

y whiskey cegador

 

Una bomba nuclear se eleva

hacia dentro

desde el envés del ombligo

 

Mi cuerpo es un abrigo reversible

que abraza una cueva ignorada

 

Hace frío fuera de la cueva

 

Mi piel se ha girado sumergida

y te busca entre los órganos como un barco que ha volcado

Mi piel se ha girado sobre sí

y te busca en las costillas

y en los pulmones de Descartes

 

Ardo

     luego existo

 

Me hielo

       luego estoy ardiendo

 

 

5.

 

Qué le vamos a decir a la bárbara muerte

¿qué viva por nosotros

que cumpla ella el destino que no sabemos llevar al día?

La noche se nos da bien

                      dormimos con miedo o ebrios o enamorados

Qué importa si en sueños nos zarandea el titán

que tanto se parece a nosotros

salvo en la libertad que hemos condenado en la vigilia

 

Antes de levantarnos

                    derechos al cuarto de baño

nos ponemos las cadenas

Así

  trastabillando

                   de uno en otro pensamiento

comenzamos a amasar la harina

 

Llueve harina en las ciudades

se ablanda con la lluvia

vamos caminando penosamente entre el engrudo

A soles de plástico consultamos el norte

ciegos unos de otros

enharinados

             a unos pasos rápidos

                     huidizos

ciegos en las mismas circunstancias

 

Caras de harina

               ojos con emplastos nos hablan de quehaceres

hay que construir el horno

hay que calentar el horno

la vida se cambia a precio de pan

 

Luego vienen los monstruos del bien comer

nos cortan en pedazos y ellos mismos

—todos somos versiones de lo único—

son devorados por monstruos más altos

así hasta las cumbres invisibles

las que —a ojo de pájaro— han roto la membrana

 

Mira a Edipo

Hoy es rey de la Bolsa

y arroja tu destino a un saltimbanqui

 

Como el amor es el motorcito de la luz

como basta un interruptor para estar despierto

Edipo prefiere la pornografía al amor

 

Abunda quien comercia con su propia esclavitud

Abundan quienes desconocen que son sus propias manos las que reciben algo a cambio de aceptar el sonido de las esposas al cerrase

 

Así suenan las ciudades

 

como en el campo crepitan las ramas en invierno después de la nevada

cuando los árboles más débiles se han quebrado y queda una multitud aterida a merced del viento

 

También en los bolsillos crepitan las tarjetas de crédito junto a las tarjetas de identidad

pues no hay diferencia entre el crédito y la identidad

y la nieve

 

Por eso vamos a pinchar los ojos como globos con la aguja de un niño

 

Llueve y llueve

luz

en las ciudades

 

La primera condición del amor es entregarnos a la acción verdadera

 

 

6.

 

Dicen los científicos que el vacío es el mayor de los mares y que el universo navega por él

Afirman que el barco infinito multiplica su flota

y se expande en el no ser

y que el puerto está lejos

 

Tú me dices sin embargo que el puerto está siempre en movimiento

flotando en el espacio

y que el vacío es un mar con tantas dimensiones

como tienen temperaturas los océanos

 

Me dices que la muerte es un hueco

una inclinación

para que otra vida

                         salte

al tobogán

para volver a ti

después de un viaje tan largo que la luna no basta

ni tampoco la tierra ni siquiera los siete

mundos que arriba y abajo y al oeste y al este

guardaron a los nuestros

 

Me dices que la muerte es el camino de la vida

 

Me dices que todos somos el mismo

pero agarrados a solas a una vibración tan diferente

como una tabla de surf

de una tabla de náufrago

de una tabla del trampolín desde el que me arrojo al agua

para llenar el aire de salpicaduras

de ti

 

Me dices que nos vemos solo en la misma vibración

los seres de un mismo planeta en movimiento

alrededor de un sol en movimiento

en una galaxia en movimiento

con apariencia de estabilidad

 

Me dices que solo lo aparente es estable

Me dices que lo firme se mueve se transforma se acerca a ti en cada

transfiguración

de insecto a mariposa de mariposa a ángel de ángel a humano de dedos calientes y así hasta que el fuego se enlaza con tus manos

 

Y dices que solo el amor

amalgama los núcleos

reúne lo disperso

impulsa el viaje

nos funde con la fuente

Desde ti hacia ti

Firmamento y vacío

el saber de ignorancia

que pronuncian repiten adivinan

científicos filósofos poetas

los azules gurús multiplicados

 

Desde ti hacia ti

Firmamento vacío

Vacía plenitud

 

Hacia la fuente

Hacia la fuente

bebemos amor

 

 

7.

 

Extiendo mis brazos hacia las termitas del cielo

y las palmas de mis manos se engastan con estrellas