Seis poemas

Marita Troiano
 
 

Lingüística

 

Como adverbio de modo

aprisa o lentamente

voy a saciar ganas insomnes de hace tiempo

desde mi antiguo pretérito perfecto

cuando soñaba que

sin abreviaturas y en lengua castellana

te lamería entero

a trote lento o en franca cabalgata

de los pies a la cabeza

en conjunción copulativa

mitad poética mitad metalingüística

misma canina

consonántica con tu verbo sustantivo

con pronombres numerales en mi esencial lamida

en compuesto y descompuesto predicado

eternamente retenido en mis papilas

irreflexivo el verbo

intransitivo por siempre entre mis labios

Y a mitad de la tarde

sellar con mi sudor tus poros

regalarte otra piel

para que sustantivo en mí tú crezcas

consonante acentuado

mientras prosigo en mi afán por recorrer

de modo imperativo y con insubordinación

tus jerarquías

en vocales abiertas o diptongos

por obsesión retórica

capricho posesivo

perjuro en indicativo

O simplemente…

por ampulosidad

de la Real Academia de mi Lengua.

 
 

Algunas sugerencias con que escribir poesía

 

Si no existiera el papel ni los papiros de ayer

los pergaminos las piedras… o las tintas

¿De qué forma escribiría poesía?

Tal vez

Sobre una espalda tibia con mi lengua humedecida por tus besos

Contra una pared blanca con los bordes ondulantes de tu sombra

En la piel violenta de tus muslos con una aguja imantada

En las lisas piedras del jardín con mi sudor y mis lágrimas

En la curvada cáscara de un huevo con trozos de carbón

Sobre la arena clara con el temblor de mis dedos cuando miras

En la palma indescifrable de mi mano izquierda

moviéndose sus líneas hacia tu destino

En tus nalgas con mis uñas largas

Sobre la corteza de un árbol con el viento de mayo y un cuchillo

En aguas cristalinas jugando con tu reflejo

En tu boca con la mía

En tu nuca con mi aliento

En el aire con mis alas

En mi barriga blanca con tus sueños.

 

Anita Pantin (3)
 
Solo un beso
 
Cualquier cosa por un beso de tu boca

De esa tu boca que invento siendo mía

Un beso húmedo

Entibiado

Un beso hirviendo

Un beso lento

Insomne

Apresurado

Irreverente

Sendas de perlas llamando a viva voz la sangre

con los labios

Un tormento de glándulas por excesiva adrenalina

Cualquier cosa por un beso de tu boca

Con colores el geranio

Teñidos de ternura

Con aromas de sándalo

Textura de piel de los duraznos

Un himno indostánico sin fatigas

Cualquier cosa por un beso de tu boca

Un beso simple

Complicado

Largo

Entrecortado

Un beso halcón beso paloma

Entrelazados los alientos

Perdida en el vacío la cordura

Cualquier cosa por un beso de tu boca

Un beso que hable lenguas muertas

Lenguas vivas sumidas en un ritmo inverosímil

¡Un beso pronto!

Antes de la censura de los jueces

Antes de que me borres de tu vida.
 
 

En lo esencial

 

…no hago cosas distintas al resto de la gente

(bebo duermo me despierto tengo insomnio alguna vez sonrío indiferente)

Extasiada contemplo a las hormigas con una candidez sin presunciones

Hago el amor voraz a veces triste

Maldigo los impuestos

Creo enfrentar al mundo desde un banco de yerba

Y al caminar deprisa… me suda como a usted la frente

 

Ser poeta no me vuelve diferente

 

Digamos… en un sentido estricto

 

… apenas algo rara por las noches

 

Cuando miro a la luna cara a cara y me carga de presagios

Y latiga mi faz Y con su luz me embriaga

 

Cuando aspiro del campo sus olores

Y me nace un océano de decires

Cuando el fuego deja marcas en mi sombra

Cuando ensayo danzas con la aurora

Cuando esparzo mi cuerpo en una playa

Cuando remonto el infinito con un beso

Cuando columpio mi todo al borde de quebradas

 

Después… en lo esencial

Soy igual al resto de la gente

A veces pulcra a veces despeinada

Cruzando calles ciegas saltando cercas altas

Asombrada Conmovida

Desterrada de mí misma

Peregrina de cafés

Testigo de crímenes

Agudo protoplasma en una esquina

Esperando los fríos días del invierno

Al calcular destino en indulgentes cábalas

 

Verán… ser poeta no me vuelve diferente

 

Salvo… cuando desesperada

Al filo de desnudas madrugadas

Quiero ser flor

Quiero ser piedra

Arena águila

Y muero un poco más

por tanto desear ser tantas cosas

y mis mejillas a diferencia de otras

se tornan transparentes.

 
 

Viracocha

 

En noches quietas y en lo alto

Viracocha espera a fundar un nuevo día

masticando tabaco

 

Luce un collar de conchas en el cuello

Y en los tobillos… tiene atadas

seis mágicas mazorcas de maíz

 

Curanderos de Chincha y Las Huaringas

asumen el control del universo mientras tanto

Con sus puntas de acero

Con maracas de sonoras semillas

Con rezos incesantes

golpeando noche de narcótica ayahuasca

y cifrada obscuridad

 

El templo de las tres ventanas

alberga al cóndor que venció al viento

con el poder de sus inmensas alas

Y Viracocha dios cobrizo

Con las trenzas muy largas

atadas a multicolores cintas sin tiempo

anima el vuelo complacido

 

No está sentado en una gran silla de oro

Ni en un magnífico trono de ébano y marfil

El gran Viracocha reposa sobre la Roca del Tiempo

La piedra importante de donde brotó el agua

la primera vez

 

Soy el dios Viracocha exclama

Quien fabricó el sol, la luna y las estrellas

Soy el dios del río y de la lluvia

Soy quien es Todopoderoso en las alturas

sin embargo

Allí abajo

En cada amanecer

Debo andar con cuidado

(y muy deprisa)

Tanto

Que parezca que soy de aire

Y que no tengo carne ni huesos que matar

 

(sí le han advertido, hace buen tiempo,

chamanes de Chincha y las Huaringas).

 
 

¿De dónde vine?

 

Una tarde de febrero

Deslizándome en cubículos de arena

Ascendiendo por vía umbilical

Obviando fríos de nieve subterránea

¿De dónde vine?

Venciendo gravedades de la piedra

Rozando la bruñida seducción del espejo narcisista

Sumida en un amnésico desvelo

Al contemplar tanto y temprano

Con un desnudo asombro ante la perfección del sépalo

la magia del océano o el eterno elipse planetario

 

¿De dónde vine pues, con tatuajes arcanos en la palma de la mano?

Con augurios de antiguos y extraños abalorios

Que remiten al signo de renovada semilla

Esa que baja al surco y se queda sin tiempo

en este mundo extraño construido de palabras

de noche honda encapsulada en el neón

de corazón de magma latiendo desquiciado

 

*

 

Desde esa tarde

Cuando llegué sin saber de dónde

Soy parroquiana segura de la luz, de húmeda tierra

del agua fresca

Forastera de tinieblas acechantes

Y siempre por siempre ajena a epítetos de feria

 

Y cuando el sol se anuncia como suele suceder cada mañana

vuelvo a ser la niña de ojos claros, feliz, descalza, con las trenzas deshechas

Buscando abecedarios nuevos

que descifren enigmas del odio y del amor

Y siempre… como una letanía pregunto a viva voz

por qué habita mis pupilas esa visión sagrada de las cosas

Cómo germina aquel sentir extraño que baja a las estrellas

Y siembra rosas en lo alto

Siguiendo los dictados de un oráculo vibrante

que me trajo hasta aquí

y hace mi mundo raro.

 
 

Marita Troiano. Poeta, narradora y ensayista peruana. Sus poemarios incluyen Extrasístole (1999), Secreto a veces (2003), La historia según la poesía (2005) y Ad Libitum. Antología poética personal (2006). Como narradora ha escrito La noche anterior (2001) y Las increíbles aventuras de Rafo, Mati, Nico y Esperanza (2008). Es autora de la antología Mujer y Poesía (1997) y del ensayo Dando ansí por ty, soy toda erranza (2010). Dirige la Comisión de Escritoras del PEN Internacional del Perú y publica el sello editorial Carpe Diem.