Poemas

Zakarías Zafra

 

 

tú no estuviste cuando las casas se quedaron mudas
y los cuerpos mordieron silenciosos las aceras
tú no estuviste a la hora de los silbatos
ni viste la despedida amarga de las cosas
tú no supiste a qué olían los escombros
ni cómo brillaba lo caído cuando se iba la luz
tú no viste el atardecer del lenguaje
ni el exilio de las palabras
tú no viste el tiempo quebrándose detrás de mentes jóvenes
ni a aquellos bailarines celebrando las victorias de los peores
tú no viste la devolución de los ríos
ni las tragedias de las ciudades que se quedaron sin nombre
tú no estuviste aquí en el tiempo de los cuentos tristes
—el tiempo de todos—
mientras éramos pobres y el día se agotaba más rápido
tú no estuviste en la separación de los hijos
ni viste los dolores que aquejan también a las habitaciones vacías
tú no estuviste aquella noche de salvajes preguntas
ni pudiste decir sucedió aquí

 

no estuviste
no estuviste
para no ver la devastación de la amnesia
no estuviste
porque temiste inflamarte los ojos

 

Y llegas y preguntas: ¿qué pasó aquí?

 

y te responde una pared caída
la aspereza que prosigue a toda pérdida
el implacable testimonio de las cosas.

 

 

 

Eso queda: retener en la mirada el deshacerse.
Hanni Ossott

 

Te levantaste rápido

viajaste por la boca

huiste de la noche de los árboles

temblaste

elegiste otro nombre

te mudaron de cuerpo

deshiciste un nudo

negaste los perfumes

te salió la fiebre por los pies

insististe

tocaste

se te volvió agria la memoria

llenaste todo de saliva

reíste

te sirvieron

ocultaste el hambre

usaste mi apellido

te quitaste la ropa

limpiaste los colores

te saciaron

volviste a amar

perpetraste un incendio

mentiste

lamiste todo

tumbaste una casa

murieron tus padres

apagaste la luz

escapaste por el techo

manchaste la calle

te pusieron música

te acostaron

te quisieron

te prendieron velas

regaron el suelo con tu verdadero nombre

y escuchaste la verdad.

 

 

Hay

contagios

desamparos

paredes situadas entre nosotros,

 

No es esta la casa

 

una herida ciega

permanece

aplazándonos

 

 

El migrante es un cuadro vacío
una palabra rodeada de silencio
un cuerpo que se escapa
para que nadie mire a través de él.

 

 

¿Quién vive en las ruinas de un cuerpo olvidado? ¿A quién pertenece ese abandono? El dolor pregunta, la marca atraviesa. ¿Es la herida que responde o acaso la sed de nosotros?


Se llama despojo. Otros lo llaman pérdida. Pero es el fuego que respira sobre las cosas idas, es la soledad que desgasta los muebles, es el aire que primero escapó de la casa.

Las cosas no retornan al tacto. Las cosas se hacen irreconocibles en la casa caída. Permanecemos leves en lo ya desconocido. El cambio nos ha expulsado muy lejos: Nuestra casa está en ninguna parte.

 

 

 

Zakarías Zafra. Escritor, editor y músico venezolano. Ha publicado en poesía: Quinquenio (2009), El bemol de los latidos (2011), Al otro lado de la vía oscura (2015) y Kintsugi (2017). Sus libros de cuentos incluyen: Blanda intuición de párpados (2014) y La montaña de los niños (2017). Es magíster en literatura latinoamericana y especialista en periodismo y ciencias de la información por la Universidad Miguel de Cervantes. Vive en Ciudad de México.